Al aceptar una herencia de forma pura y dura se asume toda responsabilidad del fallecido, incluido sus avales y deudas pendientes.
Tras el duelo por la pérdida de unos padres, viene todo el papeleo relacionado con la herencia. Transcurridos 15 días desde el fallecimiento hay que solicitar el Certificado de Actos de Últimas Voluntades. Es el documento que acredita si una persona ha otorgado o no testamento.
Y antes de que se cumplan seis meses desde la fecha de la defunción habrá que hacer frente al Impuesto de Sucesiones y al Impuesto sobre el incremento de los bienes de naturaleza urbana (si se recibe un piso, por ejemplo). Es el comúnmente conocido como plusvalía municipal.
Luego hay otro tercer trámite que no tiene fecha concreta. Se trata de aceptar o no la herencia. Normalmente, los herederos acostumbran a dar el ‘sí, quiero’. Sin más. Dicho de otra forma, no revisan los detalles que conlleva la misma. Y eso puede ser el principio de una serie de problemas bastante gravosos.